miércoles, 7 de agosto de 2013

77º ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE BLAS INFANTE



Hace 77 años, en la noche del 10 al 11 de agosto de 1936, Blas Infante Pérez, Padre de la Patria Andaluza, caía asesinado por el fascismo. Como el asesinato de tantos otros luchadores antiimperialistas, anticapitalistas, libertarios y comunistas andaluces/zas en esos días su muerte  pretendía exterminar a un andaluz destacado entre la disidencia política que amenazaba el “orden y la unidad de España”.

El asesinato de Blas Infante supuso la respuesta lógica del estado capitalista español a sus proposiciones políticas. Unas propuestas tan peligrosas que aún en pleno siglo XXI muchos andaluces/zas son multados, procesados y puede que en el futuro encarcelados por intentar llevarlas a cabo. El cuestionamiento de la estructura de la propiedad, cuando pedía por ejemplo la reforma agraria, y del ordenamiento político del estado, cuando escribía “declarémonos separatistas de este estado que conculca sin freno el fuero de la justicia”, sitúan las posiciones políticas de Blas Infante radicalmente del lado del pueblo andaluz. Un hecho que le costó la vida aquella noche de agosto.

El peligro de Blas Infante para el españolismo, radicaba y radica en propagar un mensaje que aunaba y aúna la lucha soberanista y anticapitalista, contra la esclavitud nacional y la asalariada, en un mismo combate global y libertador del Pueblo Trabajador Andaluz. La sentencia, dictada tras su asesinato por el Tribunal de Responsabilidades Políticas español, en 1940, avalaba esta ejecución vil de Blas Infante por su carácter “andalucista y revolucionario”. Su preocupación por formar y hacer participe del proyecto andalucista al Pueblo Trabajador Andaluz y su práctica política unitaria con libertarios, marxistas y otras fuerzas transformadoras andaluzas, prefiguraba un peligroso precedente en el que la revolución social se aglutinaba con el deseo de la liberación de Andalucía como nación oprimida.

En pleno siglo XXI el pensamiento de Blas Infante es un incómodo testigo de la dependencia y el subdesarrollo andaluz para aquell@s que nos gobiernan sea desde Sevilla, Madrid o Bruselas. Por eso seguimos sin que haya una sola mención a su memoria en la Plaza Jaúregui de Sevilla, donde se situaba el cine que sirvió de cárcel antes de su asesinato. Por eso se esfuerzan en ocultarlo, dulcificando su pensamiento y adulterando sus postulados rupturistas con el papel que le otorga el capital transnacional a Andalucía.

Blas Infante contaba como siendo un niño, a finales del siglo XIX, se estremecía viendo a los jornaleros hacer cola por un plato de comida en la puerta de la guiropa” en Archidona. Este año 2013 el gobierno de la Junta, mientras ha recortado su presupuesto en sanidad, educación, bienestar social o violencia de género, ha puesto en marcha una nueva “puerta de la guiropa” con un decreto que dará una comida al día al alumnado andaluz en riesgo de exclusión social.

Blas Infante condenó los asesinatos de Casas Viejas del gobierno republicano y su Guardia de Asalto. Hoy l@s trabajadores/as andaluces/zas que se siguen alzando contra los gobiernos injustos  y la desigualdad social siguen siendo perseguidos, procesados por decenas y condenados. Mientras el patrimonio agrario andaluz requisado por el gobierno franquista sigue en manos privadas sin que su legítimo propietario el pueblo andaluz pueda hacer uso de él. 

Blas Infante fue un luchador por la soberanía de Andalucía, reclamando el cumplimiento del primer artículo de la Constitución de Antequera de 1883: “Andalucía soberana, constituída en democracia republicana”. Porque no habrá una Andalucía libre sin el poder político que le garantice el ejercicio de su libertad y lo preserve de aquellos que quieren convertir nuestra tierra en finca de su propiedad.

Por todo ello nos damos cita este 77º aniversario del asesinato del Padre de la Patria Andaluza. Para recordar su pensamiento y su práctica política. Para que no se olvide al que estuvo siempre del lado de l@s obrer@s andaluces/za, de la lucha por la liberación de Andalucía y contra aquellos que nos explotan.